- HISTORIA DEL DESNUDO EN EL ARTE
HISTORIA DEL DESNUDO EN EL ARTE
- De la era del paleolítico superior nos han dejado el legado de las estatuillas llamadas las venus, ellas son las primeras figuras humanas desnudas que conocemos. Eran figuras de mujer de grandes pechos, abultado vientre, anchas caderas y culo prominente. Es el culto a toda la fecundidad que había en la antigüedad, el de la mujer y de la tierra. Estas son las venus de Adeevo de Rusia, de Brassempoy , Venus de Laussel de 25000 años (a.n.e.), Venus de Willendorf 20000 años (a.n.e.).
- Mucho después en el arte clásico, Grecia y Roma, surgen los cánones que hoy tenemos de belleza en nuestra civilización occidental.
Las figuras humanas son las más representadas, sobre todo los desnudos, mucho más en Grecia. Con un profundo conocimiento del cuerpo y su anatomía. Afrodita, Pan y Eros, Laoconte y sus hijos.
Por el contrario, las figuras femeninas son menos representadas, al tiempo de que la aparición de su desnudo es más tardía. En los primeros momentos las mujeres aparecían con los cuerpos cubiertos de un manto que insinuaban sus formas, pero no lo demostraban totalmente. Cuando aparecen los desnudos femeninos, éstos responden al modelo clásico de belleza y a la idealización de los cuerpos. Figuras delgadas, cuellos bastante grandes y rostros fríos y estereotipados, rasgos que se suelen repetir constantemente.
La civilización griega viene marcada generalmente por un gusto a las representaciones de figuras masculinas jóvenes, retratándose la belleza corporal de los atletas, más que la belleza femenina. Este hecho está relacionado con la generalización de las relaciones homosexuales masculinas, las cuales se dan con toda normalidad entre los grupos sociales más privilegiados.
- Por su parte, la cultura romana es heredera en gran medida de la griega, pero ésta sufre algunas variaciones dadas las influencias que le vienen de otros lugares. Así, en primer momento, las figuras masculinas tienen grandes similitudes con las estudiadas anteriormente, pero a medida que se produce la caída del Imperio Romano por la invasión de los pueblos germanos, éstos van imponiendo hombres con el cabello más largo y con barba, cosa que no había ocurrido hasta el momento.
- Nos hallamos ahora en un período de la historia marcado por un fuerte sentido religioso, la edad media, el oscurantismo, atraso ideológico y teocentrismo que va a regir todas las manifestaciones de la vida pública. El miedo al más allá va a intensificar el sentimiento místico, provocando la huida de todo lo pagano y terrenal.
Las representaciones humanas van a escasear en el arte, quedando reducidas al campo de lo místico y lo religioso.
Cuando aparecen imágenes alusivas a la mujer, éstas vienen a identificarse con la Virgen, la madre de Dios; por tanto para ellos la única función de la mujer es la de dar vida.
No aparecen representadas las figuras, tanto masculinas como femeninas, desnudas, ya que existe un elevado control "moral" por parte de la Iglesia.
El ideal de belleza va a responder a lo que más se acerque a Dios. Sólo van a haber imágenes de santos, vírgenes o escenas de la pasión de Cristo, unidas a las de los reyes que son representantes de éste en la tierra.
- El siglo XIV supone el inicio de un cambio en los gustos estéticos femeninos y masculinos hacia el Renacimiento. Tras un período de ignorancia y ocultación de los placeres mundanos, se inicia de nuevo un proceso de recreación de la capacidad de la persona como generadora de vida. Esto supone una lenta evolución desde la etapa anterior; de ahí que las primeras manifestaciones artísticas aún sean de carácter religioso, aunque poco a poco se las va dotando de aspectos propiamente humanos.
El ideal de belleza masculino es la representación en todo su esplendor. Los cuerpos se idealizan. En los trabajos sobre desnudos se hace una exaltación de las proporciones humanos, los rostros son idílicos, buscando la perfección y la ocultación de los sentimientos.
Las figuras femeninas vuelven a ser estilizadas y a representarse totalmente desnudas. La mujer tiene dos dimensiones, por un lado la de madre que no es representada, y por otro la del deseo, frivolidad, los placeres paganos, simbolizados con desnudos de mujeres totalmente perfectas y rostros inexpresivos.
- Todo este alarde de armonía y equilibrio va a ir decayendo con la llegada del siglo XVII y su movimiento artístico conocido como Barroco.
Durante este período asistimos también a un renacer de los valores religiosos y morales. Por ello, en los países donde se desarrolla este movimiento se va a dar de lado a la representación de las figuras humanas tal como son, tendiéndose más hacia la vertiente espiritual. Así, van a proliferar las escenas religiosas donde el objeto era exaltar los valores cristianos, tratando de ocultar lo humano - tanto lo físico como lo espiritual - caracterizado como bajo y sucio.
- Este hecho contrasta sin embargo con la realidad vivida en otros países donde siguen produciendo figuras desnudas pero sin el equilibrio del Renacimiento. Fiel a ésta es Rubens, el cual sigue creando figuras humanas desnudas, pero huyendo de ese equilibrio. Sus mujeres, educadas en iguales situaciones que antes, pero poseen una estética diferente, aparecen gruesas, carnosas y sensuales. Los hombres, por su parte, son corpulentos y perfectamente constituidos.
- Durante el siglo XVIII, vamos a asistir al desarrollo del neoclasicismo, junto con el despertar de los ideales burgueses, donde se vuelve la vista hacia las composiciones de la época clásica, caracterizados por el equilibrio de los desnudos tanto masculinos como femeninos, aunque éstos aparecen con toda asiduidad como en etapas anteriores.
- Ya entramos en el siglo XIX, donde la agitada sociedad europea clama por el triunfo de la burguesía, el arte se convierte en un arma de la clase social en ascenso.
Las figuras que se presentan son abundantes, pero van más allá de lo que se ve a simple vista, ya que dotan a sus personajes de un significado.
La mujer, en este período, es algo más que un modelo estético, es la madre y la patria al mismo tiempo. Puede aparecer desnuda o semidesnuda, pero representa en cada momento algo más que un cuerpo perfectamente constituido.
Fiel reflejo de esto lo constituye el lienzo de Delacroix "La libertad guiando al pueblo", donde la mujer central es la patria con la bandera y la madre con el seno expuesto.
- Durante los siglos XIX y XX se va a producir uno de los cambios más significativos de los modelos estéticos. Las figuras humanas van a ser parte esencial de las manifestaciones artísticas, pero en muchas ocasiones distorsionadas; vistas desde la subjetividad del artista que trata de expresar con sus obras estados de ánimo; de ahí que se alejen de la reproducción de la realidad (Picaso )
Educación sexual para adolescentes. Cortesía del Colectivo Harimaguada.
www.harimaguada.org
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- Mucho después en el arte clásico, Grecia y Roma, surgen los cánones que hoy tenemos de belleza en nuestra civilización occidental.
Las figuras humanas son las más representadas, sobre todo los desnudos, mucho más en Grecia. Con un profundo conocimiento del cuerpo y su anatomía. Afrodita, Pan y Eros, Laoconte y sus hijos.
Por el contrario, las figuras femeninas son menos representadas, al tiempo de que la aparición de su desnudo es más tardía. En los primeros momentos las mujeres aparecían con los cuerpos cubiertos de un manto que insinuaban sus formas, pero no lo demostraban totalmente. Cuando aparecen los desnudos femeninos, éstos responden al modelo clásico de belleza y a la idealización de los cuerpos. Figuras delgadas, cuellos bastante grandes y rostros fríos y estereotipados, rasgos que se suelen repetir constantemente.
La civilización griega viene marcada generalmente por un gusto a las representaciones de figuras masculinas jóvenes, retratándose la belleza corporal de los atletas, más que la belleza femenina. Este hecho está relacionado con la generalización de las relaciones homosexuales masculinas, las cuales se dan con toda normalidad entre los grupos sociales más privilegiados.
- Por su parte, la cultura romana es heredera en gran medida de la griega, pero ésta sufre algunas variaciones dadas las influencias que le vienen de otros lugares. Así, en primer momento, las figuras masculinas tienen grandes similitudes con las estudiadas anteriormente, pero a medida que se produce la caída del Imperio Romano por la invasión de los pueblos germanos, éstos van imponiendo hombres con el cabello más largo y con barba, cosa que no había ocurrido hasta el momento.
- Nos hallamos ahora en un período de la historia marcado por un fuerte sentido religioso, la edad media, el oscurantismo, atraso ideológico y teocentrismo que va a regir todas las manifestaciones de la vida pública. El miedo al más allá va a intensificar el sentimiento místico, provocando la huida de todo lo pagano y terrenal.
Las representaciones humanas van a escasear en el arte, quedando reducidas al campo de lo místico y lo religioso.
Cuando aparecen imágenes alusivas a la mujer, éstas vienen a identificarse con la Virgen, la madre de Dios; por tanto para ellos la única función de la mujer es la de dar vida.
No aparecen representadas las figuras, tanto masculinas como femeninas, desnudas, ya que existe un elevado control "moral" por parte de la Iglesia.
El ideal de belleza va a responder a lo que más se acerque a Dios. Sólo van a haber imágenes de santos, vírgenes o escenas de la pasión de Cristo, unidas a las de los reyes que son representantes de éste en la tierra.
- El siglo XIV supone el inicio de un cambio en los gustos estéticos femeninos y masculinos hacia el Renacimiento. Tras un período de ignorancia y ocultación de los placeres mundanos, se inicia de nuevo un proceso de recreación de la capacidad de la persona como generadora de vida. Esto supone una lenta evolución desde la etapa anterior; de ahí que las primeras manifestaciones artísticas aún sean de carácter religioso, aunque poco a poco se las va dotando de aspectos propiamente humanos.
El ideal de belleza masculino es la representación en todo su esplendor. Los cuerpos se idealizan. En los trabajos sobre desnudos se hace una exaltación de las proporciones humanos, los rostros son idílicos, buscando la perfección y la ocultación de los sentimientos.
Las figuras femeninas vuelven a ser estilizadas y a representarse totalmente desnudas. La mujer tiene dos dimensiones, por un lado la de madre que no es representada, y por otro la del deseo, frivolidad, los placeres paganos, simbolizados con desnudos de mujeres totalmente perfectas y rostros inexpresivos.
- Todo este alarde de armonía y equilibrio va a ir decayendo con la llegada del siglo XVII y su movimiento artístico conocido como Barroco.
Durante este período asistimos también a un renacer de los valores religiosos y morales. Por ello, en los países donde se desarrolla este movimiento se va a dar de lado a la representación de las figuras humanas tal como son, tendiéndose más hacia la vertiente espiritual. Así, van a proliferar las escenas religiosas donde el objeto era exaltar los valores cristianos, tratando de ocultar lo humano - tanto lo físico como lo espiritual - caracterizado como bajo y sucio.
- Este hecho contrasta sin embargo con la realidad vivida en otros países donde siguen produciendo figuras desnudas pero sin el equilibrio del Renacimiento. Fiel a ésta es Rubens, el cual sigue creando figuras humanas desnudas, pero huyendo de ese equilibrio. Sus mujeres, educadas en iguales situaciones que antes, pero poseen una estética diferente, aparecen gruesas, carnosas y sensuales. Los hombres, por su parte, son corpulentos y perfectamente constituidos.
- Durante el siglo XVIII, vamos a asistir al desarrollo del neoclasicismo, junto con el despertar de los ideales burgueses, donde se vuelve la vista hacia las composiciones de la época clásica, caracterizados por el equilibrio de los desnudos tanto masculinos como femeninos, aunque éstos aparecen con toda asiduidad como en etapas anteriores.
- Ya entramos en el siglo XIX, donde la agitada sociedad europea clama por el triunfo de la burguesía, el arte se convierte en un arma de la clase social en ascenso.
Las figuras que se presentan son abundantes, pero van más allá de lo que se ve a simple vista, ya que dotan a sus personajes de un significado.
La mujer, en este período, es algo más que un modelo estético, es la madre y la patria al mismo tiempo. Puede aparecer desnuda o semidesnuda, pero representa en cada momento algo más que un cuerpo perfectamente constituido.
Fiel reflejo de esto lo constituye el lienzo de Delacroix "La libertad guiando al pueblo", donde la mujer central es la patria con la bandera y la madre con el seno expuesto.
- Durante los siglos XIX y XX se va a producir uno de los cambios más significativos de los modelos estéticos. Las figuras humanas van a ser parte esencial de las manifestaciones artísticas, pero en muchas ocasiones distorsionadas; vistas desde la subjetividad del artista que trata de expresar con sus obras estados de ánimo; de ahí que se alejen de la reproducción de la realidad (Picaso )
Educación sexual para adolescentes. Cortesía del Colectivo Harimaguada.
www.harimaguada.org
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